martes, 27 de mayo de 2014

Un Salto Más

Pasado algo más de un año desde que toda esta nueva vida empezó, llega el momento de tomarse unos minutos para recapitular y avanzar. Lo que comenzó como un pequeño juego de acercamiento, finalizó en la mejor etapa de mi vida. No me arrepiento de nada de lo ocurrido, puesto que todo ello me ha hecho fuerte y me ha demostrado que a veces, por muy duro que sea, merece la pena luchar por aquello que tu corazón te dice que es importante. Sinceramente, no creí que fuese a ser tan relevante para mi dar el paso que me ha traído a una nueva vida. En mi interior siempre había sabido que no pertenecía al lugar del que provengo y, aunque toda mi familia, a la que quiero y tengo muchísimo apego, se queda allí, yo empiezo mi vida real a unos kilómetros de distancia.

                Me lanzo a una nueva aventura, en un lugar que apenas conozco, con nueva gente a mi alrededor, nuevas oportunidades, pero sobre todo nuevas y agradables sensaciones y experiencias. Jamás me he mudado, ni me he separado de mi familia, pero cuando el amor llama, remueves cielo y tierra para poder vivirlo lo más intensamente posible. Y ha llegado el momento de disfrutarlo en pareja, de hacer una vida juntos, de tener nuestras primeras discusiones a raíz del día a día, de pasar horas, días, semanas juntos. Estoy muy feliz por tener la oportunidad de vivir esta experiencia, pero al mismo tiempo nerviosa por todo lo que me espera. Tendré que aprender a llevar una vida totalmente diferente, a moverme por un área mayor, a desenvolverme en asuntos cotidianos y no tan cotidianos pero que son fundamentales para encauzar esta nueva vida. Ahora más que nunca hay que luchar por salir adelante, por vencer todos los obstáculos, por lograr esa vida que creía sólo un sueño y que ahora veo tomar forma tal y como siempre había soñado. Y lo mejor de todo, es que no estaré sola, porque tengo el apoyo y el cariño de los que me rodean. Sé que saldrá bien, porque desde hace más de un año, mis sueños se están haciendo realidad. Tal vez sea el karma, o tal vez sea la lucha constante frente a las adversidades que he tenido que ir superando. Sea lo que sea, estoy feliz y orgullosa de alcanzar mis sueños.

                Sé que al principio va a ser duro y difícil. Sé que tendré momentos en los que echaré mucho de menos a mi familia, situaciones del día a día o reuniones especiales en las que tal vez no pueda estar. Pero tampoco es que me vaya a la otra punta del mundo. Cuando has vivido toda la vida rodeado de la felicidad que aporta una gran familia en la que sus miembros se llevan bien, se ven y comparten reuniones cada poco tiempo, siempre cuesta hacer una vida nueva alejado de ellos, pero todos debemos hacer nuestras vidas y, aunque esté un poco más lejos que antes, la distancia nunca ha supuesto un problema cuando hay amor de por medio.

                En pocos días daré un salto más. Me alejaré de mi tierra, mi casa de toda la vida, mi familia y mis padres. Pero estaré bien, porque en mi nuevo hogar haré vida de pareja, con mi pequeño ornitorrinco (es mi perro, no penséis que tengo de verdad un ornitorrinco de mascota), nuestra nueva casita en la que sólo me imagino momentos felices. Estoy pletórica de felicidad e impaciente por comenzar a vivir esta etapa de mi vida, nuestra vida.


                Ha llegado el momento de tomar las riendas. De dar un salto más hacia la felicidad.

martes, 17 de septiembre de 2013

En El Último Año

Son muchas las cosas que han ocurrido en el último año. Muchas las personas que han entrado a formar parte de mi vida, mientras que otras han desaparecido seguramente para siempre.

Llevo varios días ya recordando en qué situación me encontraba hace aproximadamente un año. No es fácil recordar el día exacto, ni las palabras exactas, porque hubo muchos momentos de confusión, tensión y descontrol a lo largo del verano pasado. Situaciones y personas que han marcado un antes y un después. Y es que hace algo más de un año, cuando estaba tan hundida que creí que lo perdía todo, cuando pensaba que lo mejor era desaparecer e irme muy lejos para rehacerme y empezar de cero... no pude hacerlo porque todo volvió a cobrar sentido.

Es increíble cómo de algo malo puede surgir el mejor momento de tu vida; cómo gracias a la persona que peor te ha hecho sentir, que a punto estuvo de hacer trizas tu entereza, puedes encontrar a quien te reconstruye pedazo a pedazo, te da la vida y te demuestra cómo debe ser una relación en la que hay amor; cómo puede tu "peor enemigo", convertirse en prácticamente tu mejor amigo.

Suele decirse que cuando una puerta se cierra, otra se abre, y la verdad es que hace un año me costaba ver esa positividad, pero sin duda ocurre así. Me gusta decir que es el karma el que da a cada uno lo que merece según cómo se comporta o trata a quien le rodea y la verdad es que en este momento lo creo aún más, porque tras las complicaciones, los momentos de soledad, de sufrimiento... llega la felicidad otorgada por las personas que, a lo largo de este último año, han entrado a formar parte indispensable de mi vida.

Merece la pena echar la vista atrás y analizar lo que ha sucedido en el último año, porque siempre vendrá a la mente más de un momento en el que la felicidad puede al dolor, en el que la lucha y la espera mereció la pena, en el que te diste cuenta de que saliste ganándolo todo cuando creíste haberlo perdido.

De algo malo siempre sale algo bueno, pero esta vez, en mi caso, de algo malo salió lo mejor: 
Mi sueño hecho realidad y la lucecilla que guió mis pasos.
Os quiero.

jueves, 22 de agosto de 2013

Más Te Necesito

Lo sé, hace mucho tiempo que no escribo nada y la verdad es que tampoco había sentido la necesidad de hacerlo como cuando lo hacía prácticamente a diario. Si hoy me ha entrado la necesidad de hacerlo es por varios motivos.
Primero porque es una costumbre y un detalle bonito que considero que no debe perderse en una relación. Ya debes saber que, en cierto modo, soy una romántica sin remedio, y muchas veces tengo la impresión de que no soy capaz de transmitirte o hacerte ver hasta qué punto eres importante para mi, cuánto te quiero y necesito.
Ese es el segundo motivo. Cuanto más tiempo paso contigo, más siento que te necesito cuando no estás cerca, me siento extraña cuando no estás y, sin embargo,  cuando te tengo cerca, luego me doy cuenta de que no aprovecho al máximo tu cercanía. Mientras estás no me doy cuenta de ello porque el tiempo fluye y pasa en completa tranquilidad y felicidad, pero cuando te has ido me pongo a analizar  el tiempo que pasamos juntos y me doy cuenta de la cantidad de cosas que querría haber hecho o demostrado de algún modo. Sé que tendremos más ocasiones de estar juntos y llevar a cabo todo aquello que dejamos en el tintero, pero no puedo evitar que por mi mente surjan ciertos pensamientos.
Y es que te quiero. Te quiero tantísimo que soy incapaz de demostrarlo cuando estamos juntos tan intensamente como lo siento. Hay tanto que quiero hacer contigo, tantas cosas por aprender el uno del otro, tantos sitios a los que ir, tanto, tantísimo amor y cariño que quiero darte, que los días contigo se me hacen minutos y siento que no los aprovecho, se queda en poco y creo que el tiempo seguirá pasando así de rápido y nunca podré darte y demostrarte todo lo que debo. Hay tanto y tan poco tiempo…
No sé si te habrás dado cuenta, pero aún hay cosas que me cuesta hacer o demostrar, cosas en las que simplemente me dejo llevar y, la verdad, es algo que no me gusta porque es como frenarme a mi misma y no poder así demostrar. Desconozco el motivo y me da igual, sólo quiero cambiarlo, porque mientras me dejo llevar no me doy cuenta de que puedo dar yo el paso, y no es hasta más tarde, cuando el momento ha pasado, cuando me doy cuenta de que he dejado pasar la oportunidad. Tu mereces cada segundo de demostración de amor y no seré yo quien te lo niegue o esconda.
La vida es tan corta… y el tiempo pasa tan rápido junto a ti… He tardado mucho tiempo en alcanzar mi sueño, en encontrarte y ser feliz contigo, y no quiero desaprovecharlo. Pero sé que aunque tuviésemos toda la vida por delante para nosotros, sin ningún obstáculo… sería insuficiente para darte todo, para demostrarte todo. Aún no entiendo cómo es posible, pero cada día te quiero y necesito más, todo me recuerda o me hace pensar en ti y no soy capaz de mostrarte cada día cuánto más te quiero, porque a veces simplemente quiero abrazarte y no soltarte, protegerte, cuidarte o mimarte, tenerte a mi lado y no hacer nada, reír, hacer el tonto, hablar de cualquier cosa, o pasear, verte dormir una vez más, coger tu mano y no tener que soltarla.
Cuanto más tiempo paso contigo, más te echo de menos, más te necesito… más maldigo el no poder estar cerca para cuidarte y demostrarte cuando lo necesitas…

Simplemente porque cada día te quiero más.

lunes, 29 de abril de 2013

El Lado Bueno

De siempre me he caracterizado por ser una persona altamente positiva, pero he de reconocer que hace ya unos cuantos meses me robaron mi forma de ver las cosas y me dejé sumir en la oscuridad. Pero si te fijas bien, la oscuridad nunca es absoluta, siempre hay un destello de luz que trata de guiarte hacia la realidad.

La vida está llena de zonas oscuras que nos hacen perdernos en un laberinto de lamentos, rabia y depresión. Y, sin embargo, siempre surge algo o alguien que tira de nosotros y nos saca de allí cuando casi nos hemos dado por vencidos.

Incluso del momento más oscuro nace algo bueno. A veces tardamos en verlo porque estamos encerrados en nuestro oscuro universo, hundiéndonos sin esperanza. Otras, en cambio, lo percibimos y nos agarramos para ir saliendo de nuevo al mundo. Ese rayo de luz comienza a guiarte, a devolverte la esperanza, las ganas de seguir luchando; te da fuerzas para volver a ver el lado bueno de la vida, para volver a valorarte...

De lo más oscuro siempre nace la luz más brillante. Esa que te ciega con su fuerza y su pureza, la que te roza y te hace sentir regresar la calma. ¿Y sabes lo mejor? Que si no hubieses sucumbido a la oscuridad no lo habrías apreciado. Si las cosas no hubiesen salido mal no irían ahora mejor que nunca. Si no hubieses dejado de luchar no tendrías ahora el motivo por el que seguir haciéndolo.

Así que... Gracias. Gracias a esos malos momentos, gracias a esas oportunidades que se nos escapan, gracias a esas personas que no nos valoran, nos dejaron y nos trataron de hundir.

Gracias porque sin todo ello yo no habría encontrado el lado bueno.

lunes, 15 de abril de 2013

El Miedo Superado

Afrontar los miedos y vencerlos genera una agradable sensación de superación.
Muchas veces, cuando nos tenemos que enfrentar a una situación que nos da miedo pero que al mismo tiempo sabemos que marcará un antes y un después, nos asaltan  multitud de preguntas, dudas... y todo eso no hace más que generar un miedo aún mayor. Te empiezas a imaginar la situación tanto para bien como para mal y al final tú mismo te creas mayor miedo sin tener sentido.

Pero cuando tu miedo está relacionado con ser feliz... la cosa se complica. Comienzas a pensar si arriesgarse merecerá la pena. ¿Y si te arriesgas para alcanzarla y terminas peor? ¿Y si luego no es todo tan bonito como te lo imaginas? ¿Y si por intentarlo se estropea todo?

Bobadas. Si tanto miedo o ansiedad te genera esa oportunidad es porque merece la pena. Y entonces luchas contra viento y marea, haces frente a tus fantasmas del pasado, eliminas esa voz que te dice que no lo hagas y... te lanzas.

Y aunque algo en tu interior ya te decía que debías hacerlo, que merecía la pena... te sorprendes al comprobar que ha superado todas tus expectativas. Vas dando pequeños pasos y compruebas que todo es incluso mejor de lo que habrías podido soñar. Te paras a analizarlo y te sobrepasa; todo se intensifica hasta tal punto que no sabes por donde empezar, quieres expresarlo todo en unas palabras que ni rozan la realidad.

Te pones frente al papel como tantas veces has hecho para plasmar lo que sientes, lo que de tu mente no desaparece y no puedes. Sientes incluso nacer la rabia por no poder compartir lo que lograste alcanzar tras la lucha, el esfuerzo, miedos y fantasmas del pasado. Está claro que es uno de esos momentos en los que una imagen vale más que mil palabras, pero de todos modos, haber superado este miedo merece unas pocas palabras:

Bienvenido a la felicidad.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Un Año Más

Ayer me di cuenta de lo triste que puede ser para algunas personas el cumplir años.

Cuando nacemos, toda nuestra familia marca en los calendarios de toda su vida futura ese día y, año tras año, todos ellos se acuerdan de nosotros por muy lejos que estén (bueno, a los más despistados hasta se lo perdonamos). Incluso se esmeran en hacer de ese día NUESTRO DÍA con nuestra comida favorita, regalos, visitas y mayores atenciones.

El día de nuestro cumpleaños es un día feliz. Sin embargo, hay personas que, cuando ven acercarse el cumpleaños a ciertas edades, se entristecen, deprimen y lamentan. Echan la vista atrás y se recriminan haber hecho determinadas cosas, se arrepienten de no haber aprovechado oportunidades, de haber perdido amistades o personas para ellos importantes; y comienzan a pensar que tras tantos años no han vivido.

Cuando ayer me golpeó esa realidad proveniente de quien menos lo esperaba, me di cuenta de que la gente olvida muchas veces el verdadero significado de las cosas. El cumpleaños es un momento de celebración de la vida, de la alegría, de la lucha por vivir, por enfrentarse al mundo. Todos cometemos errores a lo largo de ella, dejamos escapar oportunidades o nos arrepentimos de haber perdido un precioso tiempo con algo/alguien inadecuado. Pero cumplir años, sean los que sean, significa tener más experiencia, más logros que pérdidas, haber tenido más gente a tu alrededor, haber luchado por tener lo que tienes y, a pesar de las dificultades, lograr seguir ahí viviendo lo que en su día fue el momento más feliz de la vida de alguien.

En la vida todos vamos aprendiendo y, año tras año, celebramos que seguimos viviendo y mejorando. Sumar años significa tener opciones entre las que elegir, y es mucho mejor el camino de luchar, vivir y disfrutar por hacer de nuestra vida lo que queremos recordar. Porque al fin y al cabo...

Sólo es un año más.

martes, 5 de marzo de 2013

Quince Veces

Una piedra en el camino me hizo tropezar y caer; son muchas las que he encontrado, pero esta no apareció, la coloqué yo. Como siempre, traté de levantarme sola, lamentándome por caminar con los ojos cerrados, habiéndome dejado llevar. Pero por más que lo intentaba no lograba alzarme y continuar, perdía de vista la meta a alcanzar.

Y entonces, con un suave impulso, me levantó, cogió mi mano y me guió.

"No puedes ver el lado malo de las cosas, olvida los fantasmas del pasado. Quince veces sellarás a fuego en tu alma: Siempre miraré el lado positivo."

Y entonces desapareció. Como un castigo lo tomé, pues mi tropiezo el fin del camino pudo suponer, pero sin saber el motivo, acepté mi sentencia.

Quince veces me pregunté qué sentido tenía esto.
Quince veces a punto estuve de no hacerlo, de dejarlo y no cumplirlo.
Hasta que me di cuenta de que no era una sentencia lo que quería cumplir, sino que en quince textos, quince horas, quince pensamientos y sentimientos quería transmitir a lo que estoy dispuesta. Un compromiso constante, hasta el fin, una lucha contra todo lo que me retenga.

Quince veces está escrito, a pesar del dolor, de los fantasmas y de las piedras en el camino.

Quince veces está sellado y en cada una de ellas hay mucho más que esas palabras.

Quince veces para poder decirte...
No. Quince no serían suficientes.